lunes, 21 de octubre de 2013

Virginia Charcos y los radicales cordobeses!!!




En un templo masónico, Zaffaroni propuso dividir a la Corte Suprema

Se mostró a favor de crear un Tribunal Constitucional, criticó el presidencialismo y dijo que no avanzará una reforma de la Constitución porque “se están peleando por 2015”.


El escenario elegido fue el templo de los masones de la calle Perón al 1200. Allí, el juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni se apartó por un momento del debate por la resolución de la Ley de Medios y disertó frente a los “hermanos y hermanas” de la logia sobre la Justicia en la Argentina, criticó con dureza el sistema presidencialista, advirtió sobre la parálisis del Consejo de la Magistratura e insistió con la necesidad de reformar la Constitución.
Sin embargo, con resignación, Zaffaroni reconoció que la reforma quedará para el futuro porque en el presente los dirigentes políticos “se están peleando por 2015 y se prueban la banda presidencial”.
El magistrado se mostró a favor de la creación de un Tribunal Constitucional que asuma parte de las funciones que actualmente tiene la Corte Sumprema. “No hacemos derecho de fondo, estamos haciendo un derecho de cautelares”, sentenció.
La disertación estuvo rodeada por los rituales de la Gran Logia de la Masonería Argentina. Por momentos, Zaffaroni mostró su sorpresa frente a algunos tramos de la ceremonia, encabezada por el gran maestre, Angel Jorge Clavero, máxima autoridad de la logia.
Sistemas políticos. “No estoy seguro de nada, reflexiono, alejado de la coyuntura de la política nacional”, comenzó su exposición el juez, y tras un breve recorrido histórico consideró que “el sistema presidencialista está agotado en el mundo; tarde o temprano, ante alguna crisis o reforma constitucional, nosotros deberemos implementar el parlamentarismo, porque es un sistema más transparente y justo”.
“Esto en Argentina suena raro, no niego que haya personas con carisma y personalidad para enfrentar un sistema presidencialista, pero lo que natura no da Constitución no crea”, dijo Zaffaronni.
“La política es el arte de negociar. En un sistema parlamentario, las negociaciones se hacen arriba de la mesa ante el Parlamento, lo que genera transparencia, no como en el sistema presidencialista, que se hace todo a escondidas y huele a espurio”, sentenció.
Parálisis. En el silencio del salón principal del templo, que comenzó a construirse en 1872, Zaffaroni trazó un diagnóstico crítico de diferentes ámbitos de la Justicia y propuso reformar la Corte Suprema. Sobre el Consejo de la Magistratura, el organismo encargado de nombrar y sancionar a los jueces, dijo que “no funciona, está paralizado”. “No podemos nombrar jueces ni removerlos ante inconductas”, agregó.
Otro tramo de la exposición apuntó hacia la misma Corte Suprema. “Hoy casi no tenemos un control de constitucionalidad”, dijo y avaló la creación de un tribunal constitucional, que asuma ese rol.
“En nuestro caso –dijo Zaffaroni en referencia a los miembros de la Corte–, cada uno es responsable del control de constitucionalidad pero tenemos que votar en todas las materias y no hay un Leonardo Da Vinci del derecho, la enorme extensión que tiene la materia en este momento no lo permite. Es inevitable no saber todo, el que dice algo así es un soberbio que está mintiendo”, enfatizó. A renglón seguido, reafirmó su convicción sobre la necesidad de una reforma constitucional.
“Esto surgirá en los próximos años, por ahora no avecino una reforma constitucional, porque a partir de ahora empezarán a pelearse por 2015 y ya se están probando la banda presidencial, así que no creo que se plantee una reforma porque van a decir: ahora que me toca a mí, no van a reformar”, dijo Zaffaroni, con ironía. En la Corte Suprema, mientras tanto, sus colegas lo esperan para definir el largo debate por la Ley de Medios.


Los gremios ferroviarios acusaron al Gobierno de "plantar evidencia" en Once

El vocero del gremio ferroviario La Fraternidad, Horacio Caminos, reclamó hoy al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, "que no mienta" sobre el estado de la línea Sarmiento,

El vocero del gremio ferroviario La Fraternidad, Horacio Caminos, reclamó hoy al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, "que no mienta" sobre el estado de la línea Sarmiento, que el sábado fue objeto de un nuevo accidente en al estación Once, y sostuvo que "plantar la evidencia es una cosa muy normal en tanta administración corrupta".
Consultado sobre si "descartan" que el video de seguridad de la cabina de manejo haya sido "plantado por alguien" dentro de la mochila del maquinista Julio Benítez, Caminos contestó: "No descartamos absolutamente nada, no podemos descartarlo con el nivel de perversidad con el que se maneja la información".
En declaraciones a radio La Red, el vocero indicó que, desde el Gobierno, "se dice que se hizo la reparación integral de la vía del ferrocarril Sarmiento cuando todo el mundo sabe que es mentira, estamos hablando de gente que dice que estamos en la revolución ferroviaria y tenemos un accidente tras otro".


Semana clave en la disputa por el control del Congreso

El oficialismo no tendrá mayor problema en retener su predominio en el Senado. Pero en Diputados, si se repite el resultado de las Paso, quedará exigido en votaciones clave. Gobierno teme un “efecto fuga”.


El kirchnerismo arriesga en las elecciones del próximo 27 nada menos que el control legislativo de las dos cámaras que tiene desde hace dos años, cuando Cristina Fernández arrasó y logró la hegemonía parlamentaria.
Luego de la mala performance del oficialismo a nivel nacional en las primarias del 11 de agosto, en Diputados hubo reacomodamientos y fugas, sobre todo hacia el sector del PJ que conduce Sergio Massa (el Frente Renovador), el ganador de la elección bonaerense. Esto le significó al kirchnerismo perder un puñado de legisladores, lo que, sin embargo, no le hizo perder el dominio del cuerpo. En el Senado no hubo cambios sustanciales: allí el oficialismo se maneja con mayor comodidad.
Pero si los resultados de las Paso se repiten el domingo, el kirchnerismo quedará muy justo en las dos cámaras, e incluso podría perder el control de Diputados. Así es la situación en detalle:
En el Senado
El Frente para la Victoria y los bloques aliados tienen 42 bancas; 16 se renuevan ahora, y las 26 restantes pertenecen a senadores con mandato por dos o cuatro años más.
Las provincias que eligen senadores son Neuquén, Río Negro, Tierra del Fuego, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Entre Ríos y Ciudad de Buenos Aires. Si los resultados de las Paso persisten, el kirchnerismo tiene aseguradas al menos 13 de las 24 bancas en juego. Y llegaría a 39 legisladores, dos más que los 37 que se exige para el quórum y para votaciones con mayorías especiales. Esto es así porque gana dos senadores por Salta, Entre Ríos, Río Negro, Chaco y Tierra del Fuego, pero además suma los tres por Santiago (el gobernador Gerardo Zamora impulsó dos listas y ambas quedaron primeras).
Además, los candidatos K de Neuquén (Marcelo Fuentes) y Capital (Daniel Filmus) pelean voto a voto para ingresar, lo mismo que el aliado José Garramuño, del Movimiento Popular Fueguino. Lo de Neuquén podría significar el mayor traspié para el Gobierno, ya que el Movimiento Popular Neuquino tiene amplia ventaja y se impondría cómodamente en las urnas, con la novedad de que los dos senadores que ingresarían no responden al gobernador Jorge Sapag, aliado K. Son el gremialista petrolero Guillermo 
Pereyra (moyanista) y Lucía Crexel, prima de Sapag pero crítica del gobierno K.
En el caso de Río Negro, el oficialismo que encabeza Miguel Pichetto tiene asegurado el triunfo pero entraría por la minoría Miguel Saiz, radical que supo aliarse a la Rosada cuando fue gobernador (2003-2011).
Así, la ventaja kirchnerista en esta cámara podría ampliarse o acortarse según estos resultados. En el peor escenario, el oficialismo quedará obligado a mantener acuerdos con legisladores no kirchneristas que fungen como aliados, como la santafesina Roxana Latorre, la pampeana María Higonet y los correntinos Josefina Meabe y José Roldán, que entraron en 2009 por la oposición. Al grupo hay que sumar a Carlos Menem, que no asiste a las sesiones desde hace más de un año y debería reaparecer si la Presidenta lo necesitara en caso extremo.
En Diputados
La situación para el oficialismo es más compleja en la Cámara Baja, en cualquier escenario. El kirchnerismo tiene hoy 131 legisladores (propios y aliados), dos más que los 129 que exigen el quórum o las votaciones más importantes.
En esta cámara el Gobierno arriesga sólo 46 bancas y le quedan 87 (en rigor son 89, pero hay que descontar los neomassistas Facundo Moyano y Rubén Sciutto, quienes vienen diferenciándose del Ejecutivo y coqueteando con el Frente Renovador).
Si los resultados de las Paso se mantienen y no se agravan, la Rosada podría cosechar el mismo número de bancas que pone en juego, de manera que quedaría al límite de perder el control legislativo. Muy justo.
Pero hay dos escenarios más para tener en cuenta. El primero es la posibilidad de que el Gobierno sufra una derrota mayor que la de las primarias. En este caso, la oposición pasará a controlar el cuerpo.
Ya hay quienes postulan la necesidad de quedarse con la presidencia de la Cámara, como hizo el PJ cuando la Alianza perdió en 2001. La segunda situación hipotética es que haya nuevos reacomodamientos en los bloques (más fugas del oficialismo hacia el arco opositor), lo cual llevaría también al kirchnerismo a perder el dominio de Diputados. En los dos casos, las espadas K deberán replantear nuevas políticas de alianzas, como sucedió en las últimas votaciones, donde logró partir bloques históricamente opositores como el que responde a Adolfo Rodríguez Saá.
Lo que es seguro es que, tras los comicios del 27, el kirchnerismo deberá redoblar esfuerzos para aprobar sus iniciativas, ya que, debido al crecimiento de la participación parlamentaria de la oposición en al menos la Cámara Baja, habrá más discusiones y negociaciones.
La metáfora de la escribanía quedará, entonces, por un tiempo en desuso.
Mejor en el Senado
En el Senado, el oficialismo está más cómodo, pero igual deberá ratificar alianzas con legisladores que no son del riñón kirchnerista.